TUBOS
Tubo y Tuba eran pareja. Vivían juntos, pero dándose la espalda, no por decisión propia, si no por que el cordón de soldadura que los unía les obligaba a ello. El soldador que bendijo su unión (a 1535ºC) tuvo especial cuidado de limpiarlos, alinearlos y posteriormente, enfriarlos con cuidado, pero el plano de construcción ya los había condenado a no verse jamas las caras, o las secciones, para ser exactos. Al principio se alegraron mucho del lugar donde los instalaron, frente al mar, podían sentir el viento y las olas, aunque pronto perdieron la pintura que los recubría y las capas de óxido fueron haciéndose cada vez mayores. A Tubo le gustaba presumir de que tenía 0,01% más de carbono que Tuba, y esta le recordaba que las gaviotas nunca le cagaban encima mientras que a él, los últimos restos de pintura se los había corroído mas que el salitre, la buena puntería de las aves. Ya no tenían el aspecto limpio y el tacto suave de los primeros tiempos, y la gente que antes se apoyaba en ellos y los acariciaba, ahora evitaban tocarlos para no mancharse las manos o la ropa. A pesar de todo, lo único que deseaban era estar frente a frente (perfil a perfil, como decía Tubo) al menos una vez antes de que los reciclaran.
Una mañana llegó un operario y los marcó con un rotulador, habían oído que pronto los sustituirían por una nueva barandilla de acero inoxidable. Las papeleras no hablaban de otro tema, ellas, que tan solo eran cromadas, despreciaban a los viejos tubos por su aspecto, apenas se relacionaban con ellos, y eso que la mayoría acababan destrozadas a patadas y desperdigando su oloroso contenido por el paseo marítimo cualquier sábado por la noche.
Cuando escucharon el ruido de una sierra mecánica y un calor en su base, los tubos ya sabían lo que debían hacer. Permanecieron inmóviles hasta que el disco seccionó casi por completo sus diámetros, luego con un movimiento brusco, golpearon la mano del agresor, este, lanzó un grito y otras palabras relacionadas con el santoral y lo que las gaviotas solían hacer sobre Tubo, a continuación agarró el lado frío de la pareja y los lanzó con todas sus fuerzas al mar.
Entre los cortes, el golpe contra las rocas y sus gastadas paredes por la exposición a la intemperie, los tubos acabaron retorcidos, casi abrazados, entre dos rocas al borde del mar.
Felices, deshaciéndose lentamente con las mareas y por fin, frente a frente.
Una mañana llegó un operario y los marcó con un rotulador, habían oído que pronto los sustituirían por una nueva barandilla de acero inoxidable. Las papeleras no hablaban de otro tema, ellas, que tan solo eran cromadas, despreciaban a los viejos tubos por su aspecto, apenas se relacionaban con ellos, y eso que la mayoría acababan destrozadas a patadas y desperdigando su oloroso contenido por el paseo marítimo cualquier sábado por la noche.
Cuando escucharon el ruido de una sierra mecánica y un calor en su base, los tubos ya sabían lo que debían hacer. Permanecieron inmóviles hasta que el disco seccionó casi por completo sus diámetros, luego con un movimiento brusco, golpearon la mano del agresor, este, lanzó un grito y otras palabras relacionadas con el santoral y lo que las gaviotas solían hacer sobre Tubo, a continuación agarró el lado frío de la pareja y los lanzó con todas sus fuerzas al mar.
Entre los cortes, el golpe contra las rocas y sus gastadas paredes por la exposición a la intemperie, los tubos acabaron retorcidos, casi abrazados, entre dos rocas al borde del mar.
Felices, deshaciéndose lentamente con las mareas y por fin, frente a frente.
10 comentarios:
Samso-maleta, tubo-tuba...sin hablar de los ositos amarillos y las ositas naranjas...Ignatius te ha venido la primavera.... como decían aquellos...el polen ya se esparce por el aire..con donaire
y para cuando unos tubitos y tubitas...je,je,je
S.K., este año el polen no me ha hecho estornudar(todavía), salvo cuando entré en el metro la semana pasada, jeje.
"ya sabes quien". hmmm, no estoy seguro, pero pensaba que solo eran tubitos. Una tubita no estaría mal.capisci?
Glups! ahora me haces pensar si llevo toda mi vida con alguien soldado a mi espalda, uhmmm... caminaré, caminaré, y cuando pare para tomar aliento miraré en el cemento para ver si me han marcado, quizás entonces pueda ver.
Por cierto, Ignatius duerme con un osito naranja? no me extrañaría nada, está en la edad! :)
tubitas baqueteadas por la existencia, pero al fin juntitas y con ganas de estarlo. bonito entrelazado. me descubro recordando la anatomía de dos mujeres sobre un lecho... lustrando espejos. placer y descanso. al fin.
iGNaTiuS: mediodía. hortaleza. café y bollo en las manos. y de pronto, de frente, matritense venido a bahiano. ¿a cual de los dos me refiero? ;-)
Uhm... huelo a humo...
a Gitana: duermo en sábanas naranjas. pero los ositos que dice S. Kupferman son de gominola (te guardo uno)
a anónimo 1: me alegro de verte por aquí, me habían preguntado por ti (creo)
a anónimo 2: me has dejado despistado y haciendo cábalas (sería Fuencarral?)
a gitana: yo tmb lo he olido, que buen olfato tienes jodía. (...aaaaa)
-pues que sea el humo de la pipa de la paz, no?
-Alberto entreando en portal de madre.
-me contó Ali se encontró con el resto de la panda brasiliense por la cá Alcalá hace poco. como ves, los encuentros se suceden sin descanso.
-gitaniya: como le va? moi, recuperando la coló.
Gitanilla debe de darse unas buenas sesiones de rayos uva, o manzana... qué más da, la cuestión es no dejar que la coló siga blanqueándose, dejaré el Neutrex - Oxígeno que no me viene nada bien.
La leo con paz y serenidad, y eso me reconforta.
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