lunes, enero 08, 2007

TATOO

TATOO ( By S. Kupferman)

Entró en la tienda indeciso. Leyó de reojo "Piercing y Tatoos" en grandes letras graffiteras.
En realidad no necesitaba leerlo, tenía muy claro lo que era y dónde entraba .
No era la primera vez que dudaba si entrar o no,
pero sí la primera que lo hacía. Ya no era joven pero
siempre había querido grabarse en sangre la marca de
sus sueños más terribles. Terrores nocturnos le había
diagnosticado el pediatra.
Allí no había nadie. Miró temeroso las paredes llenas
de dibujos en carnes troceadas . Dragones enfadados,
flores imposibles , tigres deformes, toda una
colección de horribles caras de demonios ajenos.
Uno especialmente confuso le llamó más la atención. Lo
que parecía un cuerpo de mujer sin piel, vestido en
tinta escamosa. Una mujer lagarto sin una esquirla de
su pasado humano. Sin vello en el pubis , sólo la
aureola rosada de un pezón le hacía parecer un mamífero.

No podía imaginar un bebé alimentándose de ese pecho sin gruñir al hacerlo.
Cada rincón lleno de ese miedo al vacuo sin apenas nada para la imaginación, un
cuerpo completo de delirios . La foto se cortaba en el
cuello, no necesitaba ver la cara para saber que no querría conocerla.

Se acercó a la cortina roja detrás del mostrador y
carraspeó. Oía un ruido de grillos eléctricos pero
nadie hablaba o salía a atenderle.
Metió la cabeza , allí estaba ella trabajando otra
piel desvirgada por las tintas sintéticas y las
agujas de lo definitivo. No hay marcha atrás pensó.
Más vale no equivocarse o ese infeliz pasará el resto de su vida
lamentando el error....

Aquel viejo se dejaba hacer , tenía ya varias
inscripciones perennes en el cuerpo apergaminado, ella no
parecían verle . Miró su cara fija en la inscripción
que le hacía al anciano. Con el pelo muy corto y
teñido de un rojo inexistente , guantes de latex, una
anilla colgando de su nariz y marcas rojas en sus
brazos. Era muy bella . Era muy distinta a tanta
normalidad que babeaba en su vida. Tuvo más miedo aún.

¡ Hola - gritó , los grillos pararon , ¡ hola -
contestó ella, ¡largo - contestó él. ¡Esperaré fuera -
dijo esto último sabiendo que no pararía hasta la
calle, que no pararía hasta su casa , que no pararía
hasta olvidar que un día entró allí.

Como oliendo su cobardía, ella salió tras él. ¡ Me queda
un minuto, ¿qué deseas exactamente?
Irme - pensó. ¡ No sé - dijo -estaba pensando en hacerme un
tatuaje, pero no tengo claro dónde, qué y si de
verdad lo deseo - se le escapó esto último desde lo
más profundo de su sinceridad.

¡ Espera te ayudaré con todo y si no quieres hacértelo
no pasa nada, déjame despachar al viejo, la tinta ya
ni siquiera agarra en su piel y él se agarra a los
recuerdos pintándoselos a medida que se le olvidan -
Su cara , su brazos tatuados en rojo , su belleza, su
voz.. le dejaron allí inmóvil , esperando a que
saliera de nuevo.

No esperó mucho, el anciano salió y no paró hasta no
verlo nunca más ...

¡ Pasa - escuchó su voz desde detrás de la pesada
cortina. Entró sabiendo que no debía hacerlo, mezcló
la excitación con el nerviosisimo, mucho miedo para atreverse
pero poco para pensar que ya era hora que hiciera algo
excitante en su triste vida. Entró de todos modos, no
era capaz de poner en esas décimas de segundo la balanza a
punto. Nunca supo que lado pesaba más.

Limpiaba aquellos instrumentos con aspecto de
maquinas de la inquisición. Torturas , sangre , dolor
..todo se le vino a la mente.

¡ Un tatuaje es una herida abierta- dijo ella- ¡ y así
debe tratarse. Duele como la vida y queda siempre ahí
escrito , como los recuerdos que nunca desaparecen -
Sospecho que tu has venido a que te marque uno de
ellos, uno que no deseas olvidar.
¡ Sí , pero no sé como hacerlo ni dónde - contestó
rápido y seguro por primera vez.

¡ Mira mi cuerpo- dijo ella y se quitó la camiseta de
tirantes, quedándose desnuda de cintura para arriba....
¡ Mira cada marca en él, ninguna es gratuita, todas
han dolido-.....

Él se quedó de hielo, pero dentro de su piel de
escarcha la sangre avanzaba como lava espesa. Notó su
sexo blandirse como una espada. No era la visión de su
cuerpo medio desnudo, sus marcas negras y rojas, su
naturalidad para enseñar la piel dibujada, su dolor
expuesto, eso le dejó sin habla y lleno de un deseo
irreconocible.

¡ Quiero que me marques como a un ternero, qué me
duela cuando lo haces , que siempre recuerde este
momento cuando me mire a un espejo- hablaba sin dejar
de mirar sus pezones erectos, uno de ellos era el
centro de un sol de rayos tribales.

Ella sonrió viendo el efecto producido, despacio se
volvió a poner la camiseta. ¡Siéntate aquí y olvídate
de todo lo que conoces hasta hoy. Has entrado en tu
conciencia y esta la tienes desbordada por un deseo
reprimido. Necesitas cambiar de vida y hoy yo te voy a
dibujar en tu piel la línea de salida .

¡ Hazlo. sonó más a gemido que a palabra , necesito
pasar una lija gruesa por un pasado tan aburrido como
triste. Quiero empezar de nuevo y que tú me hagas
sangrar hasta expulsar tanta melancolía de mis venas.-
cerró los ojos

Acariciando su pelo para tranquilizarlo,le susurró al
oído.¿ Dónde quieres que deje tanto dolor impreso en tu
piel?

Estaba entrando en una especie de trance. Sus caricias,
sus suaves palabras , aquel olor. Relajaba su cuerpo
como un monje budista antes de despegar el espíritu de
su cuerpo. No podía hablar , no quería hablar..

Ella le beso la frente ¡ Piensa si quieres verlo todos
los días de tu vida o simplemente intuir que lo tienes
ahí, decide si la marca la quieres hacer visible a
todos o a ninguno. Todo o nada , decide- Le desabrochó
los botones de la camisa y pasó, casi sin tocar, la
yema de su dedo índice por el pecho.¡ Aquí, lo deseas
aquí- las palabras de ella recorrían su piel más
ligeras que su dedo- ¡ Creo que ya sé dónde tienes que
llevar mi código de barras - Enderezó el sillón de
barbero hasta que él dejó caer su cabeza en el hombro
de ella. Su dedo ahora señaló su cuello, en la parte
más cercana a su nuca. Posó sus labios allí, justo
dónde su piel iba a dejar de ser virgen, olía bien..
allí se concentraba toda su esencia. Su lengua hizo el
dibujo que luego la aguja sólo tendría que repasar.

Él ya no existía, el vio su cuerpo tumbado y sin
camisa desde un lugar muy alejado. Vio como ella le
rozaba la piel con un dedo cercano a lo mágico, como
le enderezo y comenzó a besarle el cuello. No estaba
allí pero no quería moverse . No quería salir de ese
estado, sólo notaba un aliento tibio y húmedo en su
nuca y una presión inhumana entre sus piernas. Su sexo
le dolía más que el deseo . La dejó hacer. Ella pegó y
despegó papeles y besos en su nuca, trazaba y
des trazaba líneas en su cuello. Lamía y secaba las
heridas de su alma lejana.

Los grillos de nuevo, todo el ruido de la
civilización, toda una revolución industrial le
alejaron de aquellos jardines laosianos.

¡ Ahora es cuando vas sentir porque has venido hasta
mi- acabó de decirlo y la aguja ahogada en tinta negra
se clavó en su piel.
El dolor fue más allá de lo racional. no entendía que
pecados había cometido para arrojarlo del edén de una
patada en los huevos.

Rápidamente el dolor se hizo asequible, su cuerpo
lanzaba endorfinas para anestesiar aquellas punzadas
de demonios ínfimos. El olor a ella y su respiración
golpeando rítmicamente en su oreja se mezclaba con las
agujas y lo que realmente quiso es que ella le
mordiera. El dolor le estaba produciendo placer . Su
mano como ajena a aquel sufrimiento empezó a
acariciar su pierna. Ni una décima de segundo, tras la
sorpresa inicial, la perforación paró, ella parecía no
notar su mano , pero muy despacio como si el universo
se hubiera parado en aquel tugurio, notó como separaba
las piernas . Rozaba lentamente su pantalón hasta
dónde la costura mezclaba las dos perneras. Allí
soplaba un viento del sur, una brisa caliente y húmeda
que hacía que la vegetación creciera abundante y
desordenada. Así lo hacía su verga.

Alcanzó con su mano rebelde el botón duro y metálico y
lo desabrochó con una destreza que nunca antes había
tenido. Ella se irguió lo justo para que él pudiera
bajar el pantalón y su ropa interior.
La tinta no dejaba de inocularse entre su piel y su
carne, dolía .... pero qué no dolía en aquellos días.
Posó su mano en el sexo desprotegido de pelo , sólo aire
caliente sólo un rocío húmedo evaporándose. Su cuerpo
se abrió en dos y dos dedos más siguieron al primero.

Aquellos grillos chirriando , aquel dolor en su nuca,
aquel calor en su mano, aquel hueso de carne entre sus
piernas.

No podía aguantar mucho más , su otra mano en un
escorzo imposible reptó por debajo de su camiseta y
acarició su pecho. Estos le recibieron en alerta,
fríos y pétreos como torres de vigía.

la carne se le abría en el cuello y dejó el sexo de ella para
atender su erección, la desalojó de su red de tela y éste
emergió como una Venus de mármol tibio entre las olas.

Las piernas de ella se abrieron para dejarlo entrar ,
la aguja no paraba de clavarse en él y él clavo la
suya tan dentro de ella que si hubiera eyaculado tinta
la hubiera tatuado todas las entrañas.

Nunca supo el tiempo que duró aquello hasta que el
ruido cesó, el dolor desapareció. Ella besó sus labios
y salió de la habitación sonriendo. Ni una palabra, ni
antes ni ahora.

Se vistió extrañado , la sangre, el olor a tinta y
aquel aroma a cuerpos vencidos invadía la trastienda.
Se acercó al espejo quiso ver la marca tatuada. no
podía sin la ayuda de otro espejo y no lo encontró , igual que ya no
la encontró a ella.
En casa . transgredido y transformado buscó los
espejos para ver que llevaría en su nuca el resto de
su vida. Al principio no lo entendió estaba al revés y
por fin pudo leer aquellas letras muy claramente.
"AHHH !
Sonrió y desde ese momento comprendió ..... siempre
llevaría tatuado aquel orgasmo en su cuello .... Y lo amó
eternamente.
FIN

Posted by S. Kupferman

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda, un tatuaje "mágico"...
El mio fue... como decirlo, más "tranquilito", jejeje...

Desde hace muchos años siempre quise lo que en mi nuca se quedara grabado (me lleva de cabeza).

Un día cualquiera, en la hora de la comida me acerqué a la C/ Fuencarral; el hombre que estaba en el mostrador me atendía con prisas, él no entendía que yo iba a grabarme mi VIDA en una piel virgen de tinta negra... tenía mil preguntas...

Ofuscada y enfada me fui, no olvidando un chico menudo que se dejó ver saliendo de una puerta y entrando en otra... antes de irme pregunté su nombre... "Demo".

Al mes volví a ese mostrador, esta vez llevaba un boceto, pero seguía aquel tipo que me atendía como quien fuera a comprar un kilo de tomates... Otra vez con un pie casi fuera de la tienda, aquel chico de mirada reservada se acercó al mostrador, le pregunté si tenía un minuto para mi, y con una sonrisa se quedó mi boceto "vuelve mañana me dijo".

Volví, vi en un papel lo que quedaría en mi nuca, modificamos algo nuevamente, hasta QUE LO VI, entramos en una habitación, me quité la americana, coleta bien alta, sentada y con la cabeza apoyada sobre el respaldo de una silla aquel chico comenzó a grabarme... recuerdo el dolor, aunque sinceramente lo que más recuerdo de aquel día fue la mirada de ese chico que me dijo "Volverás..." de esto hace 4 años, volveré?...

Anónimo dijo...

lectura recomendada:
Hasta que te encuentre, John Irving