viernes, febrero 23, 2007

FEBRERO

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Publicado por Ana

4 comentarios:

Anónimo dijo...

cuando te inicias al sexo con un aborto es difícil de olvidar.
como difícil es olvidar esos olores que empezaron a repugnarte aún antes de saber que estabas preñada, el sabor amargo de los vómitos de por la mañana, la soledad de no poderlo contar porque eres tan pequeña y estás tan muerta de miedo que éste te paraliza.
finalmente, todo se resuelve, porque ha de resolverse, porque tus mayores se enteran, como no podía ser de otro modo, y toman cartas en el asunto. de pronto, vuelves a estar en el nido.
has causado una gran herida. desde el corralito de la familia te ayudan, te facilitan el acceso a las herramientas necesarias para sacarte ese hijo de las entrañas por el que repites una y otra vez "no le voy a querer". el motivo? dejarse en manos de otro.
no no no no no no no.
eso no se debe hacer.
las riendas de la vida las agarrara uno mismo.
fiarse? confiar? cómo se hace eso?
peligro inminente.
las alarmas se disparan. y acontece. una vez más, repetimos la historia.
qué cansancio tan feroz! agotada, pues, llego hasta aquí y resulta un catalizador de sensaciones y emociones tan especial, con instantes de vida tan personales, únicos, especiales.
una ventana donde tomar un poco de aire. ese aire que no me baja del pecho en estos días tristes.
más la amazona siempre está.
mi gratitud a R. por sus fotos.

Anónimo dijo...

Cada trece de agosto; como si de un ritual se tratara, mece imaginariamente a Alejandro entre sus brazos. Acaricia su frágil cuerpecito,inundándolo de besos...para después , muy a su pesar, dejar que regrese a la nube de algodón dulce a la que pertenecen los niños -no nacidos-.

Anónimo dijo...

mayo en las entrañas, por siempre.

Anónimo dijo...

Ya en urgencias, una frase ambigua y contradictoria que muy tarde entendí: "Con suerte estarás mucho tiempo aquí"
Entre unas sábanas de lija blancas, inmóvil, pasé un mes pensando y suplicando…. salvad a "mi pequeño"

Víctor sería su nombre (el victorioso) porque no iba a suceder de otra manera.

Las continuas visitas al ecógrafo y su repetitivo comentario: ¡Sigue vivo! Me confirmaban que mi niño era un luchador.

Un mes de espera, que no era la misma para todos…. yo la única ingenua segura de salir con mi pequeño en brazos. Llegó el momento... y vi a mi niño, su carita, sus manitas…y como se lo llevaban y como una parte de mi se iba con él.

A los pocos días ya estaba en casa, sola y sin que nadie me entendiera.

Ahora sé que está con alguien especial, que me lo estará cuidando. Y que… algún día me reencontraré con ellos. Habrá algún sitio donde me estarán esperando.

Mientras tanto una preciosa rubia ocupa su lugar, en la casa; en mi corazón…. mi niño es insustituible.

Sucedió un frío mes de Enero